16 marzo 2010

yo, en cambio...

No suelo ser aceptada. Más bien, soy rechazada constantemente. La gente a mi alrededor no tolera mi exacerbada conversación, mi egocentrismo, mi violencia, mi furia, mis obsesiones ni mis burlas. Sutilmente me apartan, me mandan callar, me evitan.

Pugnan por un cambio radical. Quieren verme sonriente, apacible, sensata, me dicen. Reconocen en mi sabe qué poderes y capacidades que ni yo misma veo, le llaman talento.

Yo, en cambio, soy la única persona en el mundo que ha aprendido a vivir conmigo. Desde la primera mañana, como en un rito, me saludo y me cuento historias. Me hago reír, me sostengo. Los demás… los demás no importan.

11 marzo 2010

mentirosa de mi...

Cuan necesitada estoy que apenas la mínima mirada, la mínima sonrisa, la mínima palabra de atención me hacen creer que soy necesaria, que importo, que de alguna manera vale la pena todo. Mentira.

08 marzo 2010

A mi no me llevan al doctor para que me dé mis pastillitas… yo, me aguanto como los machos.

profesional

Una mano y la otra sobre la cabeza en bello movimiento voluntario. Una mano y la otra al aire y repetir la operación, hasta que el cerebro en el interior retumbe en las paredes craneales y comience a sentirse la presión al interior.

Disfruto tanto golpeándome la cabeza que creo que me dedicaré profesionalmente a ello.

06 septiembre 2007

Hace unos Días

Hoy he leído todas esas grandes mamadas existenciales que escribía hace unos años, recordé cada una de las circunstancias que me llevó a escribir cada texto y, por supuesto, me reí hasta más no poder.

Que ingenua era, que ingenua e idealista.


helas aqui: mico:razón y la doble yo.

MIEDO


Tengo miedo. No como cuando era chiquita y me quedaba sola, abandonada.

Tengo miedo de adulta. Miedo a la oscuridad, a la soledad.

Por las noches tengo que esperar a que ella vuelva y me proteja de mis monstruos internos. Siempre ha sido así. Siempre he tenido un guardián de los sueños.

Cuando oscurece, imagino que los monstruos me acechan tras las puertas, en las rendijas de los muebles, desde el baño, en la cocina, por los escondrijos del gato, en la oscuridad de mis ojos.

También tengo mis métodos, no todo es esperar a que ella venga. Para protegerme de los monstruos debajo de la cama, me acuesto justo en la mitad de ella, así, cuando traten de alcanzarme tendrán que estirarse mucho y yo tendré tiempo para salir corriendo. La protección para los vampiros es taparme el cuello con las cobijas, de esa manera ya no tendrán acceso a mi cuello.

Si los monstruos entran a mi cuarto yo no quiero estar distraída, así que duermo con la cara hacia la puerta, nunca, nunca, le doy la espalda.Si al cerrar los ojos, encuentro los rostros de demonios, me limito a mantenerme despierta, a veces hasta que amanezca.

Pronto me compraré un arma como la que usa Mila, y quién sabe, quizá también me someta a algún experimento biológico que me haga inmune al virus T y a cualquier otro que me pudiera transformar en un monstruo… en uno de ellos.
 
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